miércoles, 4 de noviembre de 2009

lesiones deportivas en taekwondo

El cuerpo de un taekwondista y su salud han sido atendidos tradicionalmente por la medicina general. Si bien en su constitución no presentan diferencias esenciales, la práctica deportiva propone singularidades. Por eso existe una especialidad médica que ha hecho del atleta y su bienestar un campo médico específico. En los últimos tiempos, de la mano de la alta competencia y del esponsoreo de algunas actividades deportivas, ha ganado auge una disciplina médica especialmente dedicada al deporte: la medicina deportiva.

Los profesionales que se dedican a ella son conocidos como deportólogos, y provienen en general de otras especialidades como la Traumatología, la Cardiología, etc. ¿Cuál es su diferencia específica con otros profesionales? Estudian al ser humano en su capacidad de realizar actividades físicas, de alta competencia o no, sus especiales necesidades de alimentación y descanso, y los límites y precauciones con las que deben realizar su actividad.

Los deportólogos acompañan a los entrenadores en la tarea de guiar al atleta no sólo para conseguir de él un mayor rendimiento, sino para cuidar y preservar su salud e incluso restaurarla cuando un accidente o un mal desempeño técnico han provocado lesiones.

En medicina del deporte se distinguen distintos tipos de lesiones como consecuencia de la práctica deportiva: las agudas y las crónicas.

Las lesiones deportivas agudas tienen su causa en un hecho traumático, donde el cuerpo del atleta impacta con otro deportista, el terreno u otro objeto, y la colisión o el choque vence la resistencia de los tejidos. Este tipo de lesión es más frecuente en los deportes donde los jugadores se exponen a un alto grado de contacto (fútbol, básquet, rugby, etc.), pero no son exclusivos de estas disciplinas. Un tenista, jugando sólo en su porción de la cancha, puede sufrir una lesión aguda al torcer su tobillo en un giro demasiado exigido, por ejemplo. La frecuente gravedad de las lesiones durante la práctica deportiva se deben a que en general se han producido mientras el cuerpo se está moviendo a una gran velocidad y mientras se desarrolla mucha más fuerza que en las actividades cotidianas. A mayor velocidad, mayor fuerza de impacto por ende, un mayor grado de lesión.

También es cierto que el atleta está, por norma general, más preparado físicamente para resistir este tipo de traumas. Pero el nivel de exigencia dentro del campo de juego es tal, que su cuerpo muchas veces se ve afectado por este tipo de lesión aguda traumática.

El segundo tipo de clasificación general corresponde a la lesión deportiva crónica. Cronos (del Griego, tiempo) indica que este tipo de lesión se va produciendo gradualmente por la repetición de lo que en medicina del deporte se denomina un mismogesto deportivo. Hay que dejar en claro que una práctica correctamente realizada en su técnica, que no sobrepasa los límites naturales del cuerpo del atleta y que dispone de periodos de descanso adecuados para la recuperación, no tendría razón de causar lesión alguna. Sin embargo, cuando una o más de estas condiciones se ve alterada, ese gesto deportivo va produciendo un microtraumatismo que, con el tiempo, llega a vencer la resistencia del tejido sometido a esfuerzo.

También se denomina a este tipo de alteraciones lesión por sobrecarga, ya que el esfuerzo físico resulta a la larga mayor del el que es capaz de soportar un tejido determinado. Los tejidos candidatos a este tipo de lesión son los que componen el aparato locomotor huesos, cartílagos, tendones, ligamentos y músculos.

Entre las más habituales están las tendinitis, miositis, periostitis, el codo de tenista, la rodilla de saltador, etc. No son ni más ni menos importantes que una lesión aguda: desde el punto de vista de la práctica, ambas son capaces de poner al deportista fuera del campo de juego.

Los especialistas en deporte atribuyen gran parte de la responsabilidad de las lesiones a lo que ellos denominan factores predisponentes. Una inadecuada superficie de juego, elementos deportivos impropios, etc. pueden someter al físico a un esfuerzo superior al requerido en condiciones normales. Pero esto no es todo: también existen errores técnicos de diversa índole que pueden llevarnos a una lesión prácticamente segura. En este sentido, tanto el deportista como su entrenador y su médico deportólogo deben estar en todo momento conscientes de que:

• Cada disciplina deportiva tiene su técnica, la cual ha sido desarrollada a lo largo del tiempo y probada en innumerables atletas. Tratar de ir en contra de esas normas técnicas es buscar el fracaso seguro.
• A la vez, esa técnica debe ser adecuada a cada deportista en particular. Atletas naturalmente dotados para una práctica son capaces de producir un alto rendimiento en poco tiempo, ajustándose estrictamente a la técnica correcta. Otros, al encontrar naturales resistencias en su organismo, tratan de
forzar esas normas para producir un mejor rendimiento, poniéndose en riesgo.

El más alto objetivo del deporte no debería ser el mayor rendimiento a cualquier precio, sino el creciente bienestar físico, mental y social del atleta. Para cumplirlo, respetar las normas técnicas y los propios límites bajo la guía de buenos especialistas, es un camino seguro y sin riesgos.

www.efdeportes.com/efd101/lesiones.htm

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